Diferencias entre daño patrimonial y daño moral

En el mundo de los daños compensatorios en casos legales, es importante entender la diferencia entre daño patrimonial y daño moral. A menudo, estos dos tipos diferentes de pérdidas dentro de un caso pueden ser confusos. Por ello, resulta esencial tener una sólida comprensión de sus diferencias e implicaciones.

Este artículo ofrece una visión general de los también conocidos como daños materiales y daños extrapatrimoniales. Además, también incluimos detalles sobre cómo se utilizan en procedimientos judiciales que van desde casos específicos de lesiones personales a demandas comerciales. Sigue leyendo si deseas obtener más información sobre este importante aspecto del Derecho.

Daño patrimonial y daño moral: características de cada uno

Cuando alguien sufre una pérdida provocada por un acto ilícito de otra persona, suele tener derecho a una indemnización a través de los tribunales. El tipo y la cuantía de la indemnización suelen depender de la naturaleza del daño sufrido. Hay dos tipos de daños que pueden reclamarse en la mayoría de los casos: daños patrimoniales y daños morales.

Daños patrimonial

El daño patrimonial en Derecho se utiliza para referirse a los perjuicios que se derivan del incumplimiento o negligencia de otra parte. Es el valor compensatorio que se da por los daños sufridos debido al incumplimiento o negligencia, como la pérdida de beneficios, ingresos, oportunidades de negocio o salarios.

Las pérdidas pecuniarias pueden ser tanto pérdidas cuantificables, que implican costes financieros ya incurridos, como pérdidas no cuantificables, que implican gastos previstos pero aún no pagados. Estas pérdidas pueden variar desde sumas relativamente pequeñas concedidas en compensación por lesiones menores, hasta grandes sumas ordenadas por los tribunales en casos contra grandes empresas u organizaciones declaradas responsables de pérdidas significativas causadas por su negligencia o acciones intencionadas.

En todos estos casos, el tribunal ordenará una indemnización monetaria, con el fin de compensar el daño causado y reembolsar cualquier pérdida de ingresos derivada del incidente.

Lucro cesante y daño emergente

A la hora de determinar los daños patrimoniales en un escenario jurídico, es importante tener en cuenta conceptos como el lucro cesante y el daño emergente. Estos aspectos adicionales deben tenerse en cuenta para garantizar que la resolución sea justa para todas las partes implicadas:

  • El lucro cesante implica evaluar cuántos ingresos se habrían generado si no se hubiera producido la infracción.
  • Por su parte, el daño emergente se refiere a la disminución del valor económico ya existente, es decir, al empobrecimiento del bien material o del patrimonio tras el daño sufrido.

Además, durante el proceso de determinación deben plantearse otras posibles pérdidas financieras que puedan atribuirse al incumplimiento del contrato. Todas estas consideraciones contribuyen en gran medida a que se haga justicia y se indemnice debidamente a los afectados.

Daño moral

Las formas más comunes de daños morales pueden incluir el trauma psicológico causado por un daño físico, la pérdida de disfrute de la vida debido a la discapacidad causada por una lesión, la humillación o la coacción mental experimentada por la discriminación racial, el dolor y el sufrimiento resultantes de una negligencia médica y la angustia por la difamación, entre otros.

A diferencia de los daños materiales, con los daños morales las indemnizaciones no pueden calcularse con exactitud. Por tanto, será el sistema jurídico quien decida lo que parece apropiado. A pesar de que la compensación económica no reparará las pérdidas personales sufridas por una persona, esta es la forma más habitual de reclamar este tipo de daños.

Las indemnizaciones pecuniarias por tales pérdidas varían ampliamente en función de la gravedad y el alcance del perjuicio experimentado. En algunos casos, los equipos jurídicos también pueden solicitar indemnizaciones punitivas para su cliente, si procede. Estas indemnizaciones conceden sumas más elevadas que las no pecuniarias. Esto se hace con el fin de castigar a la parte responsable por violar las normas aceptadas. Además, también para disuadir de cometer delitos similares en el futuro.

Por otro lado, para afrontar adecuadamente los aspectos emocionales de un acontecimiento traumático, la persona puede necesitar asesoramiento psicológico y otras formas de terapia que le ayuden a recuperarse de su pérdida.

La importancia de diferenciar entre daño patrimonial y daño moral

Con todo lo expuesto anteriormente, queda claro que conocer las diferencias entre daño patrimonial y daño moral es importante para cualquier conflicto, tanto si se está atravesando una separación o divorcio, como si se trata de un problema laboral.

A modo de resumen, los daños patrimoniales son aquellos que se pueden calcular en dinero. Por su parte, los daños morales son más difíciles de cuantificar, pero pueden incluir cosas como la vulneración a la dignidad de una persona.

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