Denunciar a un hijo: qué implicaciones tiene y en qué casos puede hacerse

Los insultos, amenazas, agresiones físicas y hasta robos a los padres, hermanos y otros familiares cercanos o a los educadores, de forma continuada, son consideradas manifestaciones de violencia doméstica filio-parental. Lamentablemente, este fenómeno es más frecuente de lo que parece. Al punto que la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental (SEVIFIP) aseguró que entre 2012 y 2022 hubo un incremento exponencial de las denuncias de padres agredidos. ¡Hasta en un 400%! ¿Denunciar a un hijo es la solución? ¿Cuáles serían las consecuencias para el menor transgresor? Es lo que trataremos de responder a continuación.

¿En qué casos aplicaría denunciar a un hijo?

En concreto, la violencia doméstica filio-parental consiste en una serie de conductas violentas y continuadas de la que son víctimas los progenitores del transgresor, así como sus familiares y hasta cualquier persona con la que conviva. Estas manifestaciones transgresoras pueden ser físicas, psicológicas (verbal y no verbal) y económicas. A los efectos, el Centro de Intervención en Violencia Filio-Parental en Euskadi las clasifica así:

  • Maltrato físico. Consiste en golpear, patear, empujar, morder, lanzar objetos, destruir y arruinar bienes de la casa, golpear puertas y paredes, etc.
  • Psicológico. Es un tipo de maltrato más sutil que van dirigido a manipular emocionalmente a la víctima. En esta categoría entran la intimidación verbal (humillaciones e insultos continuados, gritos y amenazas de todo tipo), gestos amenazadores, amenazas de suicidio, de huir de casa o destruir objetos apreciados por los padres o familiares.
  • Maltrato económico. En general, robar dinero o pertenencias de la familia. Incluso, contraer deudas que deben pagar los progenitores.

Aparte de estas categorías, podemos considerar violencia filio-parental toda acción o conducta que amenace el bienestar y seguridad de una persona. Todos estos motivos son más que suficientes para denunciar a un hijo… pero no es tan fácil.

Ciertamente, este fenómeno es muy complejo, dado que las mencionadas conductas y actitudes pueden tener diversos orígenes. Entre los más comunes encontramos la crianza en una familia disfuncional y desestructurada, sufrir vivencias de maltrato infantil, violencia de género y de otro tipo. Al igual que la crianza sobreprotectora y/o con complacencia habitual de caprichos. También cuentan los trastornos psiquiátricos y las adicciones a las drogas y el alcohol.

¿Qué hacer antes de tomar la decisión?

Actualmente, es común conocer sobre chicos y chicas que ejercen estas formas de violencia como parte de su personalidad. Son chavales que encuentran un vacío de autoridad en sus hogares y lo ocupan apoyándose en su comportamiento transgresor. A menudo, son personas incapaces de asumir actitudes como el respeto y la empatía y mucho menos de sentir cariño, apego y comprensión por otros. En general, creen estar por encima de las reglas y del derecho que tienen sus padres de corregirlos y establecerles límites.

Como padres, debemos poner un término a este maltrato e intentar un diálogo con los hijos que tienen este comportamiento agresivo. Esta sería la mejor opción antes de decidir denunciar a un hijo. Sin duda, la negociación debe enfocarse en la búsqueda de ayuda con un especialista o una institución dedicada a la orientación en estos casos. En el País Vasco, contamos con Euskarri Asociación-Centro de Intervención en Violencia Filioparental y la Fundación Amigó.

¿Cómo denunciar a un hijo?

Sin embargo, al fracasar el intento de diálogo y de buscar ayuda institucional o de especialistas, no queda otra alternativa que preservar la propia seguridad y la del resto de la familia. Para ello, es necesario ponerse en contacto con la policía para denunciar a un hijo formalmente. En situaciones extremas, podrás solicitar que tu hijo abandone el domicilio y que ingrese en un programa de acogida.

En consecuencia, es preciso tener en cuenta que los menores que cometen delitos, entre ellos, de violencia filio-parental, son considerados por la legislación española de dos maneras:

  • Los menores de 14 años no son responsables penalmente. Aun así, el Ministerio Fiscal tiene facultad para analizar el caso y remitir al transgresor a la entidad pública de protección de menores que corresponda.
  • Quienes tienen edades entre 14 y 18 años sí son imputables y tendrán responsabilidad penal de acuerdo a la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores (LORPM).

Consecuencias legales al denunciar a un hijo

En su Artículo 7, la LORPM detalla ampliamente las medidas que pueden imponerse a los menores, así como sus reglas generales de determinación. En resumen, tras denunciar a un hijo y culminado el proceso, el Juez de Menores podrán imponer las siguientes medidas restrictivas de derechos:

  • Internamiento en régimen cerrado, semiabierto y abierto. En todos los casos, el menor residirá en un centro de protección, donde desarrollará actividades formativas, educativas, laborales y de ocio. En régimen semiabierto podrán realizar algunas de estas actividades fuera del centro, pero seguirán residiendo en el mismo. Mientras que en el abierto, podrán hacer todas estas actividades fuera del centro y seguir residiendo en este como domicilio habitual.
  • Internamiento terapéutico. Igualmente este puede ordenarse en régimen cerrado, semiabierto o abierto. En los centros de tratamiento, se proporcionará al menor atención educativa especializada o terapias específicas para tratar alteraciones psíquicas, adicciones al alcohol, drogas u otras sustancias. También, tratamiento para alteraciones en la percepción que determinen una distorsión grave de la conciencia de la realidad. Esta medida podrá ser única o complementaria.
  • Tratamiento ambulatorio. El menor deberá asistir al centro asignado con la frecuencia requerida por los facultativos que le atienden, para cumplir las pautas del tratamiento de alteraciones psíquicas, de la percepción o de adicciones.
  • Asistencia a un centro de día. Quienes estén sometidos a esta medida residirán en su domicilio habitual y asistirán a un centro integrado en la comunidad, donde realizarán las mismas actividades que haría en cualquiera de los regímenes de internamiento ya enumerados.
  • Permanencia de fin de semana. Consiste en la permanencia durante 36 horas en su domicilio habitual o en un centro de protección (de viernes a domingo). De este modo, las actividades socio-educativas se realizarán fuera del lugar de permanencia.

Otras medidas

Por otra parte, el Juez de Menores también podría ordenar otras medidas como:

  • Libertad vigilada. Bajo esta condición, se hará un seguimiento de la actividad del menor sometido a la misma y de su asistencia a la colegio o instituto, al centro de formación profesional o lugar de trabajo, de acuerdo al caso. El objetivo será ayudarlo a superar las circunstancias que generaron la transgresión cometida. Además, el infractor tiene la obligación de seguir las pautas socio-educativas señaladas por la institución o el profesional encargado de supervisarlo, según el programa de intervención elaborado y aprobado por el Juez de Menores. Por si fuera poco, el menor deberá acatar una serie de obligaciones y prohibiciones muy estrictas.
  • Prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima o con familiares u otras personas que determine el Juez.
  • Convivencia con otra persona, familia o grupo educativo.
  • Realización de tareas socio-educativas.
  • Amonestación por parte del Juez de Menores.
  • Privación del permiso de conducir cualquier tipo de vehículos o de posesión de armas, al igual que del derecho a obtenerlos.
  • Inhabilitación absoluta para optar a honores, empleos y cargos públicos.

Denunciar a un hijo no es fácil, pero podemos ayudarte

En Derecho de Familia Vitoria somos conscientes de lo difícil que es tomar una decisión de esta naturaleza. Por eso, estamos a tu disposición para asesorarte legalmente antes de denunciar a un hijo y acompañarte en el proceso judicial que sigue tras esta acción. Comparte tu caso con nosotros y te asignaremos un abogado especializado. Atendemos en todo el País Vasco y en municipios cercanos de Comunidades Autónomas vecinas.